31 Ene La Palma
No hay nada mejor que sentirse libre… ¿Has tenido alguna vez esa maravillosa sensación de que no importa nada más que tú y lo que vas a hacer en las próximas dos horas? Entregarte, fundirte con el ahora, dejarte sorprender por lo que viene…
Así me vi por el centro de Santa Cruz de La Palma este pasado sábado, paseando enfundada en este vestido que me volvió loca nada más verlo, ¡En havaianas en enero! Con el pelo alborotado, la cara lavada y unas ganas locas de quedarme en este momento para siempre… Hay escapadas y escapadas, y esta que hicimos mi amiga Ruth y yo en pleno enero, sin motivo y porque sí, se quedará para siempre como una de las más especiales. La primera del 2017.
¡Canarias tienen tantos lugares por conocer, tanta belleza natural, tanta energía! … que me he pasado mucho tiempo buscando fuera lo que tenía en casa. Conozco las 7 islas y los islotes (Sí, he estado afortunadamente en todo el Archipiélago Chinijo), pero me he propuesto este 2017 vivir las cosas más intensamente, con el corazón (recuerdas?). Ya estuve en La Graciosa pasando el fin de año, y ahora ha tocado vivir La Palma. Al final de este año que no ha hecho más que empezar, estarán las islas restantes visitadas ¡Prometido!
Si Sigues leyendo, verás algunos tips de sitios que me han dejado simplemente alucinada…
¿Te he dado las gracias por leerme? …
Besos Vane
Vestido MANGO de rebajas
Bolso de Purificación García
Gafas Ray-Ban
Manicura y Pedicura La Petite Folie
LA PALMA
Comenzamos desayunando en pleno Santa Cruz: un paseo mañanero de fin de semana entre la calle Real y la calle O’daly, un café exquisito, los balcones canarios más bellos y cuidados que he visto, visitar El Salvador, pisar un precioso suelo empedrado y sentir la nostalgia del Canarias más colonial todo el rato…. sin duda para no perderselo. Hicimos una parada antes de comer en el Santuario de la Virgen de Las Nieves para ver la talla más antigua de Canarias (desde la época aborigen) y de paso disfrutar de una edificación religiosa al más puro estilo palmero…
Luego parada obligatoria en el Bosque de los Tilos, una pieza encantada que fue la primera reserva de la Biosfera de Canarias (sentí la lluvia, abracé un árbol, me resbalé, vi la mariposa que lleva mi nombre (Vanessa atalanta), respiré aire puro, confié en la oscuridad…) para seguir hasta la costa y almorzar tardíamente en El Charco Azul, otra de las maravillas de la isla bonita. El restaurante que lleva el mismo nombre, es sin duda el mejor plan que puedes reservar, no solo por las vistas que tiene, sino porque su comida típica canaria, el servicio y la atención está acorde con el enclave (Bar Charco Azul, El Melonar S/N. San Andrés y Sauces. Teléfono 677 70 49 00). Ahí sentadas, arreglando el mundo llegó la tarde y cayó la noche y no dio tiempo a visitar más ¿Acaso no íbamos a dejarnos llevar? ¿Acaso no era despaciiitoooo?
Por la noche cena en el restaurante más típico de La Palma, el Chipi Chipi (Calle Juan Mayor, 42. Santa Cruz de la Palma. Teléfono:922 41 10 24) que aún recuerdo y me relamo, no se si por sus garbanzos, sus chicharrones empapados en gofio o el chuletón. Y por último vuelta a Santa Cruz y copa en La Bodeguita del Medio (Álvarez de Abreu, 58 (Calle trasera). Santa Cruz de la Palma. Teléfono:922 415 912).
Gracias una vez más…
Vane